Cuando desembarca en el Camp Nou con 21 años en 1982, Diego Armando Maradona ya es el mejor jugador del Mundo. En cambio, no logra hacerse un lugar en la historia la delantera del Barça en tiempos de Menotti, con la genialidad de Maradona (1982-84), los pases largos de Schuster (1980-88) y las subidas como extremos de Marcos y Carrasco, junto a los remates de Quini (aunque el asturiano, que había sido 5 veces Pichichi, solía ser suplente).