Cuatro años después 9 de Julio provocó nuevamente el cambio de indumentaria en un Talleres que se vistió con los colores de la Liga Cordobesa: rojo, blanco y azul. En 1914 enfrentó a Belgrano por la final de la Copa Reyna Victoria con los colores patrios (celeste y blanco), modelo a bastones verticales que volvió a utilizar al año siguiente cuando disputó un amistoso ante la entidad de Alberdi a beneficio de las víctimas del terremoto que destruyó por completo la ciudad de Avezzano, en el centro de Italia.